Symbaloo de la clase

lunes, 26 de mayo de 2014

Un joven tartesso, llamado Habis

Hola soy Habis un joven tartesio de 11 años. Mi nombre se debe al gran dios Habis que fue amamantado por una cierva hasta hacerse un hombre y ser después reconocido por su padre. Descubrió la agricultura, atando dos bueyes a un arado. Formuló las primeras leyes, dividió la sociedad en siete clases y prohibió el trabajo a los nobles.
Soy el menor de 7 hermanos, a veces me voy con mis hermanos para recoger metales y otros tipos de minerales ya que mi familia se dedica a fabricar muchas clases de utensilios para cazar, pescar o para trabajar el campo. Tenemos un pequeño terreno donde sembramos trigo, hortalizas y árboles frutales del que nos abastecemos gran parte del año. También me gusta ir a pescar con mi padre, y algunas veces conseguimos tantos atunes que mi madre tiene que salarlos en el saladero que tenemos detrás de mi casa. 
Mi aldea se encuentra en la zona de Cadiz por eso nosotros pescamos muchos atunes y vienen muchos extranjeros a comerciar con nosotros y a comprar muchos objetos que nosotros fabricamos, como tinajas, platos, vasijas, armas, pero sobre todo vienen a por estaño y plata.


La plata es un mineral que a mi me encanta por eso un día fui a buscar plata para hacerle un collar a mi madre. Y me perdí entre los árboles cuando me di cuenta se hizo de noche, no sabia donde estaba y además no se veía nada. Estaba muy asustado y para peor, oí ruidos de animales, me metí en una cueva muy grande, allí hacia mucho frío y además tenia mucha hambre. Entonces dentro de la cueva me puse a dormir, cuando llevaba un rato dormido sentí que me estaba pinchando con algo, encendí una antorcha y vi que en el suela había unas piedras chulisimas de color dorado y relucientes como el sol. Entonces con el puñal de bronce que me había regalado mi hermano, las arranque del suelo y las guarde en mi macuto. Por la mañana ví a mi padre y a mi madre que me estaban buscando, me entro mucha alegría cuando los ví. Cuando llegué a la aldea le enseñe a mi madre las piedras que me había encontrado. Se las enseñamos al rey, entonces él hizo que buscaran más y así descubrimos el oro. Cuando explotamos todo el oro de la zona el rey le mando a nuestra familia que hiciera una especie de joyas con el oro y le puso de nombre el tesoro del Carambolo.

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