Historia del Conde Drácula

Se especula que Vladislaus Draculea nació en noviembre o diciembre de 1431 en la ciudad de Sighisoara Transilvania. A los 18 años subió al trono de su país y fue conocido como Vlad III El Empalador por ser un personaje cruel y sanguinario. Gobernó una zona de los Balcanes (ubicada al sur de la actual Rumania) llamada Valaquia a mediados del siglo XV.
Sus crímenes hicieron que se le conociese como Drácula, que significa el hijo del Diablo (y, también, dragón) .Insaciable en su necesidad de matar y hacer sufrir, se enemistaba constantemente con todos los que le rodeaban. Vlad  mataba de mil y una maneras, sobre todo a través del empalamiento. El rey Matías de Hungría puso fin a sus matanzas encerrándolo durante una docena de años por ver si se calmaba en su frenesí sangriento. Fueron sus propios súbditos los que, asqueados de sus procedimientos torturadores, lo denunciaron al rey de Hungría. En su prisión, Vlad no demostró, precisamente, arrepentimiento alguno; por el contrario, sobornaba a sus guardianes para que le proveyeran de ratones y otros animales a los que, para no olvidarse de su obsesión, se distraía empalándolos. Salió en libertad en 1474, y, al parecer, con ganas de pelear, ya que se metió en una nueva guerra con los turcos, luchando frente a los cuales murió, en una cruenta batalla, a los 45 años de edad. Los otomanos le cercenaron limpiamente la cabeza y la enviaron, previamente conservada e introducida en miel, al sultán de Constantinopla.
La vida de este monstruoso personaje inspiró tres siglos después la novela de Bram Stocker en la que se recrea la vida del conde Drácula, un vampiro que cada noche bebía la sangre de sus víctimas para vivir eternamente.