Symbaloo de la clase

miércoles, 15 de enero de 2014

Texto sobre: San Antón y San Sebastián

Biografía de San Antón:
San Antonio o Antón Abad fue un monje cristiano. Antonio nació en el pueblo de Comas, cerca de Heraclea, en el Alto Egipto hacia el año 250. Se cuenta que alrededor de los veinte años de edad vendió todas sus posesiones, entregó el dinero a los pobres y se retiró a vivir en una comunidad local haciendo vida ascética, durmiendo en un sepulcro vacío. Luego pasó muchos años ayudando a otros ermitaños a encaminar su vida espiritual en el desierto. Más tarde se fue internando mucho más en él, para vivir en absoluta soledad.
Patrón de tejedores de cestos, fabricantes de pinceles, cementerios, carniceros, animales domésticos.
Es el patrón de los animales ya que le agradaban mucho y siempre los cuidaba. Sentía cierta debilidad especialmente por los "cochinillos". Su fama de hombre santo y austero atrajo a numerosos discípulos, a los que organizó en un grupo de ermitaños.
Murió hacia el año 356, en el monte Colzim, próximo al mar Rojo.


Biografía de San Sebastián:
Sebastián, hijo de familia militar y noble, era oriundo de Narbona, pero se había educado en Milán. Llegó a ser capitán de la primera corte de la guardia pretoriana. Era respetado por todos y apreciado por el emperador, que desconocía su cualidad de cristiano. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios idolátricos. Además, como buen cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitaba y alentaba a los cristianos encarcelados por causa de Cristo. Esta situación no podía durar mucho, y fue denunciado al emperador Maximino quien lo obligó a escoger entre ser su soldado o seguir a Jesucristo. 

El santo escogió la milicia de Cristo; desairado el Emperador, lo amenazó de muerte, pero San Sebastián, convertido en soldado de Cristo por la confirmación, se mantuvo firme en su fe. Enfurecido Maximino, lo condenó a morir asaeteado: los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de saetas, dándolo por muerto. Sin embargo, sus amigos que estaban al acecho, se acercaron, y al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana, llamada Irene, que lo mantuvo escondido en su casa y le curó las heridas hasta que quedó restablecido. 

Sus amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero el santo se negó rotundamente pues su corazón ardoroso del amor de Cristo, impedía que él no continuase anunciando a su Señor. Se presentó con valentía ante el Emperador, desconcertado porque lo daba por muerto, y el santo le reprochó con energía su conducta por perseguir a los cristianos. Maximino mandó que lo azotaran hasta morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión y tiraron su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián. 




Tradiciones:
La primera fiesta del año en Quesada se hace en honor a San Antón el 16 de enero, es una fiesta muy popular en toda la provincia de Jaén, en ella se hacen lumbres u hogueras, por todo el pueblo de Quesada, llevando a cabo la elaboración de las migas quesadeñas con su correspondientes productos de las matanzas. Este día se llevan a los animales a la iglesia para que le cura los bendiga, ya que San Antón es el patrón de los animales.
A continuación el 20 de enero el la festividad de San Sebastián, patrón de Quesada. El día de antes es traído de su ermita hacia Quesada, donde toda la gente le espera en llamada 
" Era empedrá ". El día 20 tiene lugar su romería, y el día siguiente es despedido, volviendo de nuevo a su ermita. Sobre San Sebastián existen diversas tradiciones que hoy día se conservan, como es la " lía de las banderas ".

Refranes:
San Antón viejo y meón.
Por San Antón, se acabó el turrón.
Por San Antón, gallinita pon.
De los santos frioleros, San Sebastián el primero.
Por San Sebastián las calabazas al corral.
El veinte de Enero, San Sebastián el primero.
San Antón mete las mozas en un rincón y San Sebastián las saca a pasear.
Por San Antón cuelga tu perdigón y si no quiere cantar cuélgalo por San Sebastián.

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